lunes, 20 de octubre de 2008

Señora Barría, déjeme decirle que tiene la cagá



¿Qué puede dar más terror que el sistema público no funcione? En Chile, las cosas suceden casi ajenas: EFE se roba plata, Chiledeportes se roba plata, todos roban. Es muy cliché hablar de las redes de corrupción pero por la mierda que se nos han metido hasta la cocina en lo que es materia de preocupación. Pero cuando la salud comienza a oler al mismo pantano que el gasto público, el olor además de asquear provoca un tremendo dolor estomacal de preocupación.

En ese maravilloso lugar llamado Hospital público de Iquique (en donde han ocurrido atrocidades tales como el niño que operó a un paciente bajo la supervisión de un doctor adulto, y cuya operación falló) que es casi una burla que da mucha risa si no fuera por lo grave de la situación, le sumamos los casos de SIDA que están ahí, acumulando polvo amontonados sin que nadie haga nada por ellos. ¿Cómo puede ser posible que por ahí ande gente infectada con VIH sin saber que lo tiene, propagándolo a toda marcha? Es inaceptable que ese tipo de cosas pasen.

Señora Ministro Barría, ¿usted cree que la situación es normal, o que esto es normal que pase? Hágase ver. Piense en toda la gente que confía y depende del sistema de salud y piense que todos los chilenos pagamos su sistema con nuestros impuestos. Pensándolo así, mejor conviene que usted renuncie y que alguien de verdad tome cartas en el asunto.
Nadie le pide que saque a la luz pública los nombres de las personas infectadas. Lo que le estamos pidiendo, señora Ministro, es que esas personas sean contactadas. Cumpla la ley. Sea eficiente, que no le va a hacer daño.

De verdad, lo suyo es constitucionalmente inaceptable. Renuncie y ya.

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