viernes, 10 de abril de 2009

Esa querida semana santa




Semana santa siempre fue una lata para mí. Claro, no siempre tuve cable y cuando querías ver tele en un viernes santo, cabrea ver tanta película sobre cualquier drama bíblico conocido. El Jesús de Zephirelli, el interminable Moisés de los Diez mandamientos, la eterna Ben-Hur... Con el tiempo, aprendí a valorarlas y a ver más allá de su estética anticuada y su moral de cantina barata, pero nadie podría hacer pensar a un niño que esas películas son entretenidas. 

Sin embargo, de toda la sarta de películas bíblicas que salen a la palestra en semana santa, hay una que siempre me fascinó. Jesucristo Superestrella. Nunca me han llegado mucho los musicales. Xanadú para mí fue sólo Olivia Newton-John en patines -lo que no es para nada malo, pero la peli en sí es un bodrio-. Grease es una respuesta de la época más que una buena película. Sólo pensar en Chicago o en el Moulin Rouge me provoca un poco de nauseas. Pero Jesuschrist Superstar... eso es otra cosa.

Jesuschrist superstar narra la historia de Jesús con canciones. Y vaya que canciones. No sólo es la chispa de emoción que le da cada actor. No sólo es la voz increíble de Jesús, o de Judas. No sólo es la vestimenta y los detalles anacrónicos (las metralletas, el bus, el tanque). No sólo es una película más de semana santa. Jesuschrist Superstar es la maldita película definitiva sobre la vida de Jesús.

Sí, ok, se me fue la olla, pero atiéndanme un minuto. En esta película, Jesús es humano. ¡Humano! tiene miedo de morir. Quiere que lo agasajen un poco, porque el pobre anda subiendo cerros y enseñando a la gente y pucha, un poquito de aceite en su cabeza no estaría nada de mal. Se encabrona con la feria de las pulgas en el templo. ¿Y qué tanto? nadie puede ir como boyscout por el mundo solucionándole los problemas a la gente, ¿no?

Jesuschrist Superstar narra la historia de Jesús desde la óptica de Judas, el gran traidor. En ella, vemos algo insólito: Judás ama a Jesús. Lo ama incluso más que el resto de los apóstoles. Lo ama como a un hermano. Compite en su amor con María Magdalena. Pero lo protege. Lo quiere. Y vemos como la traición hacia Cristo tiene orígenes en su mente y su amor, no en el interés por 30 piezas de plata.

Reconozco que el hecho de estar inspirado en Judas me provoca una sensación extraña. Siempre me he preguntado por qué Judas es tan maldito y repudiado por la iglesia y religión general si él sólo cumplió parte en el papel divino. Estaba escrito en piedra que uno iba a traicionarlo, ¿no? ¿por qué tanta sorpresa? Es repetir la temática del destino de las novelas griegas. Los personajes siempre están destinados a hacer algo, y jamás pueden escapar de él. Pero en las novelas griegas los pobres bastardos eran vistos como mártires, mientras toda la cultura occidental vea Judas como el traidor y el maldito. Que injusticia más grande.

Jesuschrist Superstar es la película definitiva de Cristo, la mejor película de Semana santa y una ópera rock perfecta. Sus canciones son impecables, rock-pop muy bien tocado y cantado, con un dramatismo que se querría Shakespeare. 

Abran sus mentes y háganse un favor viendo este musical. Y mediten un poco, que pa' eso es semana santa, ¿no?