domingo, 30 de agosto de 2009

En realidad, a nadie le importa...


Cada uno es dueño de su propia sexualidad.

¿Por qué entonces la derecha retrógrada, la iglesia cínica y un montón de viejitos arrugados sentados en el Congreso insisten en intentar gobernar por los derechos de todos los demás?
Diariamente vemos que mueren más y más jóvenes por abortos mal hechos, víctimas del Misotrol - una droga recetada para las úlceras gástricas, pero que a falta de Postinor, hace la pega - y de la inexistente educación sexual de nuestra educación.
Son estas niñas - las que mueren abortando, las que matan a sus pobres guaguas inocentes recién nacidas - las que piden justicia, las que sufren las decisiones de esos santurrones de cuello y corbata que sí tienen el dinero para mantener familias enormes (como el señor Kast, o el señor Lavín). La gente pobre que contrasta con los supernumerarios Opus Dei y toda esa casta de gente que no tiene idea de la vida y que pretende darnos clases de moralidad desde las faldas de la cordillera.

Sepan señores curas y derechistas conservadores, que en nuestras poblaciones ocurren hechos como que nuestras pobladoras, pobres y esforzadas, pero desesperadas, llegan a tomar remedios caseros, o meterse palillos para raspar a sus guaguas. O incluso las matan apenas nacieron. Ese es el Chile que construimos con cinismo, desequilibrio social y lo peor de todo, la indiferencia de quienes nos gobiernan.

Es el Chile que tapa el sol con un dedo y cuyos gobernantes parecen más preocupados de sus fundos que de sus votantes. El Chile que crece y que muere, un gran porcentaje en ignorancia y pobreza, porque la riqueza no alcanza para todos. Y porque nadie le enseñó, claro, a andar con condones que regalan en el consultorio, o a calcular su período de fertilidad.

De verdad, ¿Ese es el Chile que construimos en equidad?
(Risas grabadas)

domingo, 16 de agosto de 2009

comunicación vs medios de comunicación

Una vez en clase de redacción me pidieron dar mi opinión sobre qué opinaba sobre los medios de comunicación. Era una pregunta sencilla, que llevaba más que cualquier otra cosa, a conversar un rato y estimular el debate. En ese momento, mi opinión fue ácida, triste y amarga. Aún hoy la pienso un poco y creo que, pese a todo lo que dije, aún estoy de acuerdo con ella, lo que es aún más triste.
A grandes rasgos, lo que dije fue que estamos más obsesionados con los medios de comunicación en sí que en comunicarnos, que al final es lo importante. Y vaya que todavía me encuentro la razón.

Desde que Graham Bell inventó el teléfono, hemos tenido formas mucho más cercanas para comunicarnos. Gracias al teléfono, proliferaron sus pares móviles y la internet (El primero es un spin-off del teléfono, y el segundo en sus inicios ocupó las líneas telefónicas existentes), los dos puntales de la comunicación hoy día. Gracias al teléfono móvil tenemos las llamadas en cualquier parte del mundo y los mensajes de texto. Gracias a internet, la telefonía IP, el correo electrónico y el chat instantáneo (ya sea por MSN, GoogleTalk, Skype o Yahoo!Messenger) hoy son parte de nuestra vida diaria. Todas estas opciones tenemos cuando queremos comunicarnos con alguien. El problema no es cómo comunicarnos, sino mas bien, qué comunicar.

Cuando se trata de comunicarnos, no importa la via; importa lo que decimos, lo que transmitimos y lo que omitimos. Pero hoy no hay comunicación. Hoy hay lenguaje xat, emoticones y zumbidos.
Da miedo, corrijo, da TERROR ver como el lenguaje se ha dejado de lado cuando se trata de comunicarse. Proliferaron los LOL, IMHO, BTW y los monitos raros, parte de un infralenguaje de dudosa procedencia, pero de muchos adherentes. Los adolescentes usan referencias como 1313, o cambian las U por X arbitrariamente, además de acortar todas las frases y comerse las vocales. Todos esconden sus deseos y pensamientos detrás de palabras que no existen, y mensajes que no tienen sentido.

Es obvio que todo se trata de un tema práctico: Acortar los caracteres, lo importante es transmitir las ideas. Pero, ¿No es acaso la falta de lenguaje y comunicación una gran indicación de una curiosa falta de ideas?
Hoy importa más tener el último celular con cámara, el notebook más rápido, la conexión a internet más feroz, pero hay contactos con los que no nos hablamos hace meses, o años. Ni hablar de vernos en persona e intercambiar opiniones e ideas.
La comunicación global nos cagó. Nos transmitió el mensaje que somos globales, que no necesitamos estar en algún lugar para estar en contacto con todo el mundo. Pero aún en el lugar más central del mundo, no nos comunicamos con nadie. Ser propietarios de tremendo notebook no nos hace esconder la tremenda falta de ideas y contacto de nuestras cabezas.

Triste, pero cierto.

Por ejemplo, en vez de teclear por Twitter: "Q trmndo paisj la ntrleza es mravillosa y t xtraño", ¿no sería mejor simplemente señalar con el dedo hacia afuera de la ventana?

Otra vez, una imagen que vale más que mil palabras...