Las gracias a Valdivia, que tomó al equipo y lo llevó a la victoria siendo el hombre de la cancha (pateó el tiro libre del primer gol, asistió al poeta que levantó para Chupete en el segundo, hizo el tercero y asistió al poeta para que hiciera el cuarto).
Las gracias a don Marcelo, por la seriedad y profesionalismo que caracterizó todo este proceso (y al ver a Maradona deslizándose por el pasto con un gol al minuto 93, reafirma mi posición). Además de todo, por ser el DT que siempre soñamos, alguien que encara y sale a ganar los partidos (otra vez lo opuesto a Maradona... va ganando 1-0 en su casa, ¿y saca al Pipita Higuaín por De Michelis para defender el 1-0??)
A todos los seleccionados, todos ellos, incluso los que nunca jugaron (como Veloso, por ejemplo) por ser la selección de Chile más avasalladora de este siglo.
A todos los próceres futbolísticos que se han ido, y sin quienes nuestra historia futbolística sería de cartón (gracias don Chamaco, don Julio Martínez, don Fernando Cornejo, a don Lucho Santibañez).
A todos ustedes, gracias. De corazón. Somos garra, espíritu, pasión. La sangre roja que brota del guerrero mapuche bendecido por los dioses indígenas para reducir a escombros a sus enemigos. Es hora de tomar el ejemplo de nuestros pueblos originarios y a luchar con sangre y lágrimas por ser campeones del mundo.
Viva Chile, mierda.
(Para ver el emocionante relato final de Claudio Palma, el mejor relator de Chile, que emociona y saca lágrimas de verdad, haz click acá)
